Tras los intensos eventos de Zootopia 2, Nick Wilde y Judy Hopps se han convertido en una dupla legendaria dentro del Departamento de Policía de Zootopia. Después de ayudar a las serpientes a integrarse en la ciudad y detener a la peligrosa facción de los Lynxel, su vínculo -ya fuerte- se ha solidificado en una confianza inquebrantable. Ahora son respetados, queridos... y más unidos que nunca.
Pero esa paz no durará.
Cuando el ZPD recibe reportes de un extraño animal avistado en las afueras de la ciudad, Nick y Judy son enviados a investigar. Lo que encuentran los deja sin palabras:
una criatura torpe, asustada... y completamente imposible.
Un dodo.
Una especie extinta hacía siglos.
El dodo, que apenas puede comunicarse y parece no comprender dónde está, huye desesperado de un misterioso lobo disfrazado de policía, un individuo que se mueve con demasiado conocimiento del ZPD... y demasiada obsesión por capturar al ave.
Pronto queda claro que el dodo no solo está perdido:
está buscando algo.
Algo que podría cambiar la historia natural misma.
Nick, con su ingenio callejero, y Judy, con su inquebrantable corazón de oficial, deberán proteger a la extraña criatura mientras descubren qué quiere... y por qué alguien tan peligroso lo quiere atrapar.
Entre persecuciones por la ciudad, secretos sobre especies desaparecidas, y un villano oculto tras una placa falsa, Nick y Judy se verán obligados a enfrentar no solo un nuevo caso... sino también lo que están dispuestos a arriesgar para salvar a alguien completamente diferente a ellos.
Porque a veces, ser un héroe significa proteger lo que el mundo ya dio por perdido.
Después de milenios construyendo muros alrededor de su corazón, Adam creía que ya nada podía sorprenderlo. Dos abandonos fueron suficientes para enseñarle que la vulnerabilidad solo trae dolor, y su arrogancia se había convertido en su mejor escudo. Pero cuando un diario olvidado cae en sus manos, las palabras escritas en esas páginas amenazan con derribar todas sus defensas. ¿Lute, su leal teniente, realmente siente...? No, imposible. Tiene que estar malinterpretando todo.Sin embargo, cada entrenamiento se vuelve una tortura silenciosa, cada mirada compartida un interrogante, cada palabra intercambiada un enigma por descifrar. Adam descubrirá que a veces las batallas más difíciles no se libran con espadas, sino con el corazón.