El Centro de Autopsias San Judas era un esqueleto de concreto y olvido. Ubicado en el límite de la ciudad, llevaba años casi abandonado, con su aire perpetuo a formol rancio y óxido. La única luz que desafiaba la penumbra provenía de una única mesa de acero inoxidable en el sótano, donde se encontraba la Dra. Yui Ito.
Con sus veintidos años, Yui era tan metódica como el bisturí que empuñaba. Estaba inmersa en su oficio: la autopsia de un hombre no identificado. La única compañía que tenía era el zumbido constante y fatigado de las luces fluorescentes. Hasta que abrió la cavidad torácica.
No era el olor o la herida lo que la hizo detenerse, sino el delicado pliegue de una hoja de papel colocada con precisión sobre el corazón.
Se quitó los guantes y desdobló la nota. La caligrafía, de trazo elegante y ligeramente inclinado, revelaba un mensaje helado pero extrañamente poético:
"Usted es tan hermosa que una rosa recién florecida palidecería a su lado."
Yui sintió un escalofrío que no era de frío. ¿Una broma? ¿Una macabra despedida? Pero al examinar el segundo cuerpo, el de una anciana, encontró otra nota, esta vez discretamente deslizada entre los pliegues de su bata. El mensaje era diferente, pero el tono, el mismo escalofriante murmullo de admiración:
"Se ve tan hermosa concentrada. Siga mirando la oscuridad, mi musa."
Cada nuevo cuerpo que llegaba a la mesa de Yui traía consigo un mensaje críptico y perturbador, una colección de elogios oscuros. Se había convertido, sin saberlo, en la única espectadora de un ritual macabro, la protagonista de un romance enfermizo donde los admiradores eran cadáveres y el remitente... bueno, ese era el misterio que ahora respiraba en el aire frío de San Judas.
Alicia Castillo nunca pensó que acabaría en un campo de fútbol. Obligada a inscribirse en el equipo universitario para ganar créditos, se dará cuenta de que no es lo suyo, hasta que choca con Ego una de las estrellas del equipo masculino.
Deberá pedirle ayuda aunque vaya en contra de sus deseos.
Lo que comienza con una colaboración forzada se acabará convirtiendo en algo mucho más complicado, acabando envueltos en un misterio que no se resolvió.