𝐌𝐔𝐍𝐒𝐎𝐍 ||Will Byers

Hawkins seguía en pie, pero nada era igual.
Las calles estaban reparadas, las grietas selladas, las sonrisas fingidas... y aun así, el silencio tenía un peso extraño, como si el pueblo entero estuviera conteniendo el aliento.

Will Byers lo sentía en los huesos: la calma no era real. Era una pausa, un paréntesis entre lo que habían perdido y lo que todavía quedaba por enfrentar. Y en medio de esa quietud inquietante, mientras todos intentaban avanzar como si nada hubiera pasado, Will solo quería una cosa: un lugar donde poder respirar.

No sabía que lo encontraría en la persona más inesperada.

Rowan Munson regresó a Hawkins sin querer hacerlo. Volvió porque no tenía otro sitio al cual pertenecer, porque la ausencia de su hermano pesaba más lejos que cerca, y porque a veces volver duele menos que huir. Cargaba consigo un apellido que muchos preferían no mencionar, y una tristeza que no sabía cómo ocultar.

Dos caminos destinados a cruzarse.
Dos corazones cansados buscando algo que ni siquiera sabían que necesitaban.
Y un pueblo que no había terminado de despertar de sus propios fantasmas.