EL HIJO DEL CAOS: CLONES INFINITOS

En un rincón perdido del vasto universo de cultivo, antes de que existieran los dioses, las leyes o el destino, el Caos Primordial dejó escapar un fragmento de sí mismo.
Ese fragmento no era luz ni sombra. No era energía ni materia.
Era Voluntad. Vida. Creación. Nada. Todo.

Y de esa chispa nació un bebé.

Un bebé sin padres.
Un bebé sin hogar.
Un bebé que, con el paso del tiempo, sería conocido como Aizen, el joven de cabello plateado, ojos rojos y la marca misteriosa en la frente que crece con él. Nadie en los mundos de cultivo lo sabe, pero Aizen pertenece a una raza olvidada que solo existe en las leyendas del Caos.

Pero él no tiene idea de eso.

Aizen creció creyéndose un simple mortal, aunque desde pequeño notaba cosas raras:
Su sombra se movía sola.
Su reflejo lo imitaba... incluso cuando él no se movía.
A veces despertaba y veía a... ¿otro él? sentado mirando el cielo.

Sin saberlo, Aizen había nacido con dos poderes imposibles:

1. Clones Infinitos - cada uno con alma completa.

No imitaciones.
No sombras vacías.
Cada clon es "otro él". Independiente. Capaz de cultivar. Capaz de amar. Capaz de morir y regresar toda la experiencia al cuerpo principal.

2. Dominio de las Sombras - su verdadera naturaleza.

Las sombras lo reconocen como su rey.
Las sombras pueden crear dimensiones.
Las sombras pueden esconderlo de la vista del universo entero.

Mientras Aizen vive oculto dentro de una pequeña dimensión que él mismo creó sin darse cuenta -una casita humilde, un cielo negro y estrellas que lo siguen como si fueran mascotas- sus clones recorren los mundos, cultivando, luchando, enamorándose, haciéndose temidos... mientras él mantiene un perfil bajo.

Pero todo cambia cuando Aizen empieza a recibir fragmentos de memoria heredada del Caos.
Recuerdos que pertenecían a seres como el Fénix Primordial, el Dragón del Vacío, el Qilin Dorado, y otros cuyo nombre se perdió en la Nada.

Que aventuras le esperan para llegar a la cima?