A veces el amor no llega.
A veces crece contigo, en silencio.
En las risas que compartes sin pensar, en las tardes que parecen eternas, en los abrazos que duran un segundo más de lo necesario.
Nunca planeé sentirlo.
Nunca quise hacerlo.
Pero un día lo miré, y ya no vi al amigo de mi hermano.
Vi a alguien que me hacía temblar con solo pronunciar mi nombre.
Vi al hombre en el que siempre había confiado...
y al mismo tiempo, al único que podía romperme con una sola mirada.
Dicen que el amor no debería doler.
Pero lo prohibido...
lo prohibido tiene su propio lenguaje.
Y yo lo aprendí en cada gesto, en cada silencio, en cada instante que pasé a su lado.