"GataLina - Prostituta y Buena Mujer" es una historia que surgió de un murmullo ancestral en mi interior:
la voz de todas esas mujeres que vivieron en las grietas del mundo,
las invisibles,
las juzgadas,
las que cargaron la sombra de la sociedad para que otros durmieran tranquilos.
Esta novela es mi homenaje a ellas:
a las que sobrevivieron la noche,
a las que ofrecieron amor sin tener nada,
a las que criaron hijos ajenos con una ternura que ni la pobreza pudo quebrar.
Es también una rectificación de vida,
una memoria profunda que pedía nacer en palabras.
Catalina -GataLina- no es solo un personaje.
Es un arquetipo, un espejo, una herida y una flor.
Y Antonio, Julián, Don Pepe...
todos ellos representan esos hilos invisibles que sostienen el corazón humano incluso en los lugares donde nadie mira.
Gracias por entrar en este patio celeste conmigo.
Gracias por ver luz donde el mundo suele ver sombra.
Gracias por acompañar a una mujer que, sin saberlo,
terminó ofreciendo sombra a otras.
Alicia Castillo nunca pensó que acabaría en un campo de fútbol. Obligada a inscribirse en el equipo universitario para ganar créditos, se dará cuenta de que no es lo suyo, hasta que choca con Ego una de las estrellas del equipo masculino.
Deberá pedirle ayuda aunque vaya en contra de sus deseos.
Lo que comienza con una colaboración forzada se acabará convirtiendo en algo mucho más complicado, acabando envueltos en un misterio que no se resolvió.