«En la enorme casa familiar, bajo la luz dorada de un verano que parece no terminar nunca, Sor Teresa -una mujer de cuarenta y ocho años que dejó el convento pero nunca dejó de llevar la pureza como un velo demasiado fino- recibe a sus sobrinos Lucía y Mateo, dos adolescentes de rostros angelicales y cuerpos que han florecido antes de tiempo.
Lo que comienza como unas vacaciones inocentes -piscina, rezos al atardecer, tardes de silencio- se transforma poco a poco en algo mucho más denso, más cálido, más prohibido.
Las píldoras que nadie vio disolver en la leche, los pijamas demasiado pequeños, las manos que se buscan en la penumbra de la capilla, los susurros que ya no son oraciones...
Todo sucede despacio, muy despacio, con la delicadeza de quien teme romper un cristal y, al mismo tiempo, desea hacerlo pedazos.
Porque aquí la inocencia no se pierde de golpe: se derrite.
Se derrite entre dedos temblorosos, entre labios que aprenden a rezar de otra manera, entre pechos que se ofrecen y miembros que se alzan como ofrendas que nadie pidió y que nadie puede rechazar.
Una historia de deseo contenido, de ternura prohibida, de amor familiar que cruza todas las líneas sin dejar de ser amor.
Lenta, poética, intensa, perturbadora y profundamente erótica.
Solo para lectores adultos que no le teman al calor...
al calor de la casa grande.»
Nota: Todas las imágenes están creadas con IA. Ninguna es real.
Vivian creía que su vida estaba destinada a la tristeza y el miedo... hasta que los Vatroslav la encontraron. Cuatro hermanos, poderosos, letales y hermosamente imposibles, entran en su mundo, dispuesto a protegerla, poseerla y cambiar su destino para siempre.
Entre secretos de mafia, pasiones prohibidas y un amor que desafía todas las reglas, Vivian descubrirá que el corazón no entiende de límites... y que a veces, el peligro más mortal es también el más irresistible.