Constanza siempre fue la reina del quilombo emocional. Impulsiva, intensa, y con cero capacidad para quedarse quieta en un solo corazón. Está casada con Eva, a quien ama... o al menos eso dice. Pero también está Nicole, la otra wacha, la tentación, el error que ella llama "confusión", pero que todo el mundo sabe que no fue tan accidente.
Eva, por otro lado, es la esposa legítima. La que estuvo desde el día uno. La que lo dio todo. La que sostiene la casa, la relación y hasta los celos de Constanza. Ella no es ninguna "otra wacha". Y cada vez que Cony se lo insinúa, Eva se lo deja clarísimo:
"No, mi amor. Yo no soy la otra wacha. Yo soy la esposa, vos te casaste conmigo."
Nicole es la chispa que encendió el incendio. La que apareció con sonrisa inocente pero mirada peligrosa. Es la que sabe que es "la otra", pero también sabe que Cony la busca, la necesita, que vuelve una y otra vez aunque jure que no.