La historia sigue a Lía Serrano, una bióloga joven que aceptó participar en una expedición científica porque -según ella- "tres semanas en una isla nueva suena mejor que pasar Navidad escuchando a mi tía preguntarme por qué sigo soltera".
Error. Error monumental.
Porque la isla recién emergida del océano resultó ser un combo letal: mitad glacial, mitad jungla bioluminiscente, todo cubierto por un clima bipolar que cambia de soleado a "te voy a congelar el alma" cada treinta minutos.
Y su equipo, aunque brillante, parece sacado de un reality show de supervivencia moderadamente absurdo.
Pero lo peor (o lo mejor, depende de cómo se mire) es Dante Kovač.
Dante es el experto en supervivencia del grupo. Alto, misterioso, con esa energía de "podría armar un refugio con un palito y una piedra" y la sonrisa más peligrosa que Lía ha visto en su vida. También es sarcástico. También es reservado. También la mira a veces como si ella fuera un enigma... o una bomba a punto de estallar.
Una expedición militarizada, dirigida por el muy-muy-poco-navideño Comandante Reddick, aparece reclamando que Koru es "propiedad de su corporación". Y cuando alguien dice "corporación" de esa manera, ya sabes que nada bueno viene detrás.
De golpe, el equipo Aurora se encuentra entre:
❄️ tormentas imposibles,
❄️ criaturas que parecen salidas de una pesadilla kawaii,
❄️ un grupo armado dispuesto a capturar a Koru,
❄️ y el hecho de que Lía y Dante están desarrollando una tensión romántica lo suficientemente fuerte como para derretir un iceberg.