Incontable fueron las veces que llegamos a un orgasmo juntos, hace poco nos habíamos atrevido a cruzar la línea, pero…tenía que dejarlo, los malos comentarios no eran de esperar ¿Debería dejarlo? Más que eso… ¿Estaba empezando a sentir realmente algo por él? Eso era lo que más me mantenía alerta, empecé a evitar los encuentros, con estupideces como que tenía mucha tarea o tenía que estudiar para un examen de X materia. El timbre suena y espero que el grado este completamente aislado ,trato de ignorar el llamado del maestro, pero se me hace imposible, la autosatisfacción no era nada comparado con él, lo miro a los ojos, con algo de culpa, toma mi barbilla y me besa tiernamente en el rostro, me pregunta que me sucede, pero trato de evitar responderle, sin más, lo abrazo para después mirarlo con perversión, me pongo de rodillas en el suelo, era algo que ya habíamos hecho antes, pero esta vez pensé en las consecuencias…de lo que dirían….¡Que me importa a mí los valores de los demás!