-¡Vaya, miren quiénes han llegado! -dijo, con tono juguetón como un imán para la atención-. ¿Se quedan a pasar un buen rato con nosotros?
-Claro, nos encantaría, soy Melani -respondió ella, coqueteando sin disimulo.
-Dylan, bueno "Bienvenidas al internado Holding Steem", si necesitan algo no duden en acudir conmigo, y más si se trata de diversión- Dijo, guiñando el ojo
-¿De verdad? -preguntó Melani,con un brillo en los ojos-. ¿Qué tipo de diversión ofrece este lugar?
Dylan se acercó un poco más, su voz suave como un susurro. -Oh, hay muchas maneras de pasar el rato... siempre y cuando te atrevas a dejarte llevar.
fruncí el ceño, detectando el doble sentido en sus palabras. -¿Y qué pasa con los que no se dejan llevar tan fácilmente? -replique, sin perder el hilo de la conversación.
Dylan me lanzó una mirada pícara. -Ah, esos son los más interesantes. Nunca se sabe cuándo podrían sorprenderte.
-Bueno, espero que no te decepciones -dijo ella, manteniendo su tono desafiante-. No soy tan fácil de impresionar.
Dylan sonrió, como si su respuesta solo avivara su interés. -Eso lo veremos. La diversión apenas comienza.
Ser adolescente simplemente no es fácil, por mucho que estemos recibiendo la mejor educación y tengamos los mejores padres, las cosas suelen salirse de control y más cuando hablamos de personas ricas que mandan a sus hijos a internados para de alguna forma no tener que verlos, esa es mi humilde opinión claro.
Definitivamente no era una opción que me fascinase cuando me mandaron por primera vez y a la fuerza al instituto Monteangello, no me gustaba convivir con personas de la misma clase social que yo, era más de las que prefería pasar desapercibida por todas las miradas, jamás había salido en una noticia a pesar de que mis padres son importantes empresarios.
Estaba en mi último año de instituto y pensé que de alguna forma "la chica reto" iba a pasar al olvido, pero como era de esperarse, el universo y yo no nos poníamos de acuerdo y el que pensaba que sería un año llevadero y tranquilo, pasó a ser el más difícil, entretenido y con altibajos de todos.
¿Te atreves a venir en esta que es mí historia? Quizá sepas qué está pasando antes de que yo me de cuenta, al fin de cuentas, no es nada fuera de otro mundo, a todos nos pasan cosas parecida y si no les ayuda, por lo menos ayúdenme a mí. Así que... ¡Bienvenido seas lector!