Quiero borrar de mi mente esa imagen tan impactante de su rostro pálido, de su mirada hundida, de mi desesperación, de su aliento acabado, de su corazón roto reflejado en sus ojos, de mi portal triste en aquella noche.
Aquella trágica noche, quiero eliminar cada segundo, pensar que no es verdad, olvidarme de esa fuerza inexistente que no sé ni nadie sabe de dónde salió que vuelve a estar rota.Fuerza que vuelve a ser débil. Quiero olvidar lo que todos sintieron tras ello, lo que yo sentí tras ello, el sonido de aquella furgoneta.
Quiero olvidar todo aquello, para evitar mis alertas de gritos silencios, de respiración acelerada.
Oigo mi nombre delante y atrás mía.
Quiero olvidar aquello y que todo volviera a ser como era antes, quiero olvidar mi corazón en mis piernas, quiero olvidar cuando me siento tan vacía, cuando no quiero nada, quiero olvidar todo, empezar de nuevo.No, no quiero empezar, quiero acabar, me duele todo, cada paso que doy es más lento, cada segundo que pasa me siento más hundida, diariamente, estoy bien, estoy mal, quién sabe, quién sabrá. Mi mente me dice para qué, mi cuerpo pide porque si.
Un segundo, otro, un minuto, una hora, dos, días, meses, infierno por dentro, nadie puede imaginarlo. Tantas sonrisas por fuera, tantas tonterías para hacer reír a los demás. Y mientras tanto este cuerpo, este ser se sentía quemado, llamas, quemaduras internas. Preguntas, deja de hacerte preguntas. ¿Por qué hay tantas preguntas? Quiero una respuesta. Quiero saberlo. Inundación. Gritos helados en un infierno sin fin.
Ironías y antítesis. Constante mirada, mirada sin brillo. Lluvia en tu rostro, sangre en tu ser, acaba con este dolor. No se puede. Miedo a la soledad, con un montón de gente alrededor, no merecedor de eso. Ni de aquello, ni de lo otro. Golpes, golpes, gritos, ayuda, una ayuda silenciosa, un nudo que impide hablar, y por ello los gritos no se escuchan, nunca se escucharán.
Fuerzas, venid ya.
Luz, alumbra la oscurid