Mi vida era tranquila. Misma rutina todos los días. Mismas amistades de siempre. Mismo trabajo. No era lo que se llama una chica popular en el instituto ni mucho menos, pasaba desapercibida muy fácilmente y por eso, cuando el chico lindo y codiciado por todas, Matt Diamond me llamo por mi nombre quedé petrificada en mi lugar. ¿Cómo es que sabía de mi existencia siquiera? Desde ese momento se instaló en mi estómago una revolución de mariposas imposibles de calmar a no ser que este entre sus brazos. Pero vamos, el no es el tipo de chico que se queda con una sola y menos si eres la simple Madison Parker de Brooklyn.