¿Quiénes eran ellos? Esa es la cuestión que todo el pueblo romano se pregunta. ¿Quiénes nos salvaron de aquella amenaza que acechaba Roma? Unos creen en nuestro gobierno, otro en nuestro ejército, pero los pocos que conocemos la historia sabemos que lo único que detuvo a nuestros enemigos fueron un grupo de soldados sin patria comandados por un líder acabado con corazón guerrero y alma de dios.
Palmam qui meruit ferat.
Recuerda, dicen, que los miedos pueden perseguirte.
No olvides, susurran otros, que los ejércitos no atacan sólo con espadas y escudos.
Prepárate, se escucha decir entre confidencias.
Darkarii se enfrenta a un tipo de guerra que no había vivido hasta entonces. Nadie sabe quién maneja el ejército de sombras que se yergue sobre la tierra que cobija a las Tres Academias. Lo que sí pueden asegurar es que las sombras acechan con los miedos de cada uno, y atacan cuando se aseguran de haber debilitado a sus víctimas.
Alaric y Nox, descendientes de Darkarii, no saben a que Academia pertenecen. No se han formado y conocen lo justo de un mundo que les queda lejano. Cuando las sombras empiezan a reclamar a descendientes, sólo le quedará volver al sitio que los vio nacer. Definiendo así, líneas de temores que creían haber superado.
¿Tendrán valor de enfrentarse a aquellos miedos que amenazan con hacerse realidad?