Era temprano por la mañana. Ella se preparaba para ir al colegio, se vistió, tomó desayuno, se lavó, ordenó su mochila y, después de despedirse de su mamá, salió a esperar la micro. Era temprano por la mañana, aún estaba oscuro, la gente aún dormía y el sol aún no imponía su presencia. Era un día viernes, pero no uno cualquiera; sin embargo, sus planes estaban por cambiar, y su vida, su destino, tomó un rumbo que nunca se habría esperado.