Dicen que los asesinos y criminales para que puedan ejercer su labor de asesinar o torturar, necesitan tener atrofiado una parte del cerebro que les impida tener emociones y sentir lo sentimientos que una persona normal tiene. Psicólogos han llegado a diversas conclusiones y el único animal que cuenta con la misma anormalidad es el tiburón. Y cuando Shelby Cash, una universitaria intrépida y curiosa, se convierte en un testigo acerca de aquello que dicen sobre los criminales, se da cuenta que hay grandes probabilidades de poder convertirse en uno de ellos con facilidad. Todos los derechos reservados. •Registrada en Safe Creative© bajo el Código de registro: 1507164640503 •Portada hecha por Hassel R. Bistraín.
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