Si tan solo existieran los finales felices
Solo quería un respiro... Un nuevo comienzo.
Cruzó un océano huyendo de los recuerdos que la rompían por dentro, convencida de que una nueva ciudad, una nueva rutina y un poco de silencio serían suficientes para reconstruirse. Pero entonces apareció él. Misterioso, encantador, con unos ojos grises que lo ven todo... incluso lo que ella intenta ocultar.
Una conversación casual, una cita inesperada, una noche que Marian no logra recordar. Desde entonces, los apagones mentales, los vacíos de memoria y los mensajes desde números desconocidos no la dejan en paz.
¿Qué está pasando realmente?
¿Quién es él... y por qué parece conocerla mejor que ella misma?
En una historia donde la mente ya no es un lugar seguro, Marian deberá descubrir si lo que siente es amor, manipulación... o algo mucho más oscuro.
Porque a veces, los finales felices no existen.
Y a veces, desear que existan... puede costarte todo.
