Arno. Un joven que busca pruebas y vengar la muerte de su familia. Recibe ayuda de Los Asesinos. Al final descubre que El Credo no es lo que él creía, sino una advertencia. No hay ningún ser supremo vigilando para castigarnos por nuestros actos, sino que nosotros somos nuestra propia espada. «El Credo de la Hermandad de los Asesinos nos enseña que no hay nada prohibido. Antes creía que éramos libres para hacer lo que quisiéramos. Para seguir nuestros ideales a toda costa. Ahora lo entiendo. No sirve para dar permiso. El Credo es una advertencia.»