-La primera clase es gratis.- decía aquel anuncio un el poste de luz, estaba deslavado por la lluvia, apenas si se notaba el número de informes, anote el número y me fui de ahí, tenía que ir al Instituto. -Hola Lia.- dijo su voz ronca y masculina. Voltee y vi sus ojos color café claro, de los que me había enamorado por unos años. -Que ay, Alan.- Dije con una sonrisa fingida. -¿Como haz estado? Pregunto con picardía. -Mira, estás complicando las cosas, será mejor que no hablemos, tal vez a ti no se te hace difícil porque te llueven las mujeres, pero a mí no, adiós.- le dije seca y me fui a mi aula. Entre a mi aula y me topé con María, mi mejor amiga. -Te vi charlando con Alan, ¿se reconciliaron después de lo que te hizo, guapa? -Ya llego el profesor, no quiero hablar de eso ahora.- Me senté en mi banca y puse toda la atención en mi profesor de Trigonometría.