Danielle es una persona por decirlo así normal, nada fuera de lo común, sin embargo un poquito ruda, un poco.
Por así decirlo, se crió con sus 4 hermanos varones toda su vida, y digamos que si te crías con varoncitos, no siempre tendrás una vista de la vida tan simple.
Un día no muy normal en la vida de Addeline peleando con sus hermanos en la sala de cine se topa con el guardia que pone las típicas órdenes en la sala de: No hacer ruido, no tirar palomitas, etc.
Pero la cosa no acaba ahí.
Oh, claro que no.
El susodicho guardia no es nada más y nada menos que un viejo amigo de los gemelos, o pedazos de zanahoria, como les dice Addie, apodados así por ser pelirrojos.
Este insoportable ser a la vista de Danielle, se llama Aiden. Y para ser honesta, si puede llegar a ser a veces un poco "chinche".
Aparte del reencuentro al cual sus hermanos la obligaron a seguir con ellos durante esa "reunión". Jason que se le insinuó toda la noche a la pobre Dan, los hermanos se enteran de que el próximo semestre él llegará a su instituto, y no traerá nada más y nada menos que, PROBLEMAS.
Si, así es, problemas.
Que lastimosamente se los causará a Dan, aparte de estar siempre pavoneándose con ella.
Y ella tendrá que soportar las constantes visitas de él en su casa, gracias a sus hermanos.
Aquí pasaran muchas cosas, se malinterpretaran las cosas, habrán discusiones y quién sabe tal vez surja el amor.
Pues ya lo veremos.
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El peor día de tú vida, quizás, sólo quizás, pueda ser el mejor. Jamás dejar el teléfono en algún lugar había sido tan romántico. Quizás estamos en la época en qué en vez de dejar una zapatilla de cristal dejamos teléfonos.
Para Cielo Howland las cosas nunca pasaban por causalidad. Con sus veintidós años de edad aún creía en esas historias que leía en sus libros a menudo. Un día Cielo decide viajar a casa de sus padres para hacer una visita sorpresa, cosa que a su novio Peter Morrison no le pareció. Durante ese mes que estuvo en casa de sus padres no recibió mensajes, llamadas o señal de humo por parte de su novio Peter.
Un día después de regresar a su casa en Londres, decide llamar a Peter y invitarlo a su usual lugar favorito. Luego de discusiones y gritos Cielo pone fin a su relación, sale corriendo a prisa del lugar olvidando por completo el objeto que estaba sobre la mesa, y sin notar el hecho de que estaba siendo observada desde el momento en que entró en aquel lugar. Mientras tanto, el objeto era observado desde unas cuantas mesas más allá.
Y sin darse cuenta, el objeto que ahora estaba en mano de aquella persona se había convertido en el comienzo de algo, el comienzo de una nueva historia.