Navah siempre fue una chica tímida, siempre pensando dos veces las cosas antes de hablar, incluso tres. Pero con el fue diferente, muy diferente, con el las palabras le salían solas, espontáneamente, incluso sin querer decirlas. Con él no pensaba lo que hacia, simplemente las hacia, podía cometer un error mil veces que ella siempre lo iba a perdonar, no porque fuese fácil, sino porque no tenerlo le dolía mas que cualquier cosa que él haga. Pero todos siempre tienen un límite, y este, era el de ella.