Caminamos a lo largo de la senda, entre los Árboles, hacia donde termina la huerta, de puntillas para no hacer ruido y agachando de vez en cuando la cabeza, para que las ramas no nos arañaran. Al pasar por delante de la cocina, tropecé con una rama, alertando a Jim, el negro de la señora Watson, que estaba allí sentado, apoyando en la puerta de la cocina. Se levanto, estiro el cuello y dijo:
- ¿quién está hay?
Se quedo un rato escuchando; después, comenzó a andar hacia nosotros, parándose justamente al llegar donde estábamos, tan cerca que casi podíamos haberle tocado con la mano. Pasaron unos minutos, que nos pararon horas, durante los cuales no hubo ni un solo ruido. De repente, sentí un gran picor en el tobillo, pero no quise rascarme por temor a ser descubierto; luego me empezó a picar la oreja, y poco tiempo después, la espalda.
Continuará..
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".