¿Qué sentirías si un día descubres que en tus treinta años de vida, casi treinta y uno, haz sido manipulada? No, mejor aún, ¿qué sentirías si de un día para otro despiertas con el conocimiento de que vives rodeada por la mafia? Y que, por si no fuese suficiente, te han estado utilizando desde siempre. Que tu nombre ha sido manchado, pisoteado, dañado y cosido tantas veces que ni siquiera puedes contarlas.
Cuando un balazo entra por la ventana, seguido de otros miles de cristales volando por su habitación y lo que era, su pacífica vida, Magda Brown sabe que nada volverá a ser igual, porque en ese momento infinito, lo único valioso que creyó tener una vez en una vida superflua y vacía, se esfuma: la vida de su única familia.
Ahora, Magda debe encontrar respuestas en un pueblo que lleva su apellido, pero no su afecto, encontrando en el camino, secretos que jamás imaginó que existieran.
El general es todo lo que está mal en la vida, desde su imponente presencia y belleza, hasta su personalidad oscura, él querrá arrastrarte a la destrucción.
Huye en cuanto puedas, una vez que él te atrape no va a querer soltarte, destruirá tu mundo y no quedará nada, salvo cenizas.
El diablo tiene nombre y es Gabriel Maxwell.