Eres insoportable, egocéntrico, mal educado, estúpido, idiota, ignorante, orgulloso, ambicioso y atrevido. -Le grite muy enfadada
¿Terminaste? -Alzó una de sus cejas.
Me empujo hacia la pared pegándose demasiado a mi y dijo:
Tú eres hermosa, delicada, inteligente, simpática, adorable y de un lindo corazón.
Vete a la mierda. -Lo empuje
Acepta que te gusto. -Dijo muy seguro
Jamas me enamoraría de un idiota como tú. -Dije cruzándome de hombros.
¿Segura? -preguntó
Segura. -Contesté
Se dio la vuelta y salió de la habitación sin antes guiñarme un ojo. Que mierda había sucedido. Este dios griego me ésta enloqueciendo. Tengo el corazón agitado aún. No puedo ser tan tonta de enamorarme por ese beso. No, no y no. Yo no me puedo estar dando un tropiezo con el amor. Si es así, es un tropiezo muy torpe y enfermizo.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.