No tengo por qué quejarme

Jenna es una chica que es muy aplicada a sus estudios, pero claro que siempre deja tiempo para la diversión. Ella va en Preparatoria, a muy poco tiempo de ir a la Universidad. Jenna vive una vida común y corriente de una adolescente en Manhattan, Nueva York. Pero todo cambia, gracias a una decisión que tienen su padres, y todo eso la lleva a tomar decisiones horribles para ella y los demás.