Todo iba bien, decidí tomarme un tiempo de mi relación, hablaba poco con él y trataba de no buscarlo porque creía que era necesario tener mi tiempo, pero un día después de algunos tragos fue casi imposible e inevitable algo me decía que le mandara un mensaje y así lo hice, el me invito al día siguiente un café y para ser honesta no lo pensé ni dos veces, pero al comentarlo en mi casa la mayoría de mi familia se negó al respecto por la diferencia muy aparente de edades, pero me dejaron ir. Ese día fue cuando todo se movió en mí, todo quedo borroso y confuso.
Ese día pidió un cheesecake que yo vi con cara de dame por favor, y lo compartimos, platicamos, paseamos, fuimos a un mirador y ahí me abrazo nos volteamos a ver, me dio un beso en la mejilla, en la otra mejilla, y uno muy cerca de la comisura del labio, y sentí como todo mi cuerpo tembló y no supe si de miedo, emoción o nervios. De golpe y casi instantáneo le dije que no lo hiciera y él me dijo "lo sé, los besos no se roban, se ganan
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".