Beckett.

-He dicho que te vayas.
Se me heló la sangre. Esto no podía ser cierto. No aquí. No ahora. No ella.
-No lo vas a hacer Beckett.-Dije, intentado sonar lo mas convincente posible sin que se notara lo aterrorizado que estaba. De todas las situaciones macabras que podría imaginar, creo que nunca se me hubiera ocurrido esta. Supongo que estar delante de la chica de la que te has enamorado es bonito en parte. Pero se pierde toda la gracia cuando sostiene una pistola entre sus manos y te apunta directamente a la cabeza.
-Te doy tres segundos para que desaparezcas.- me amenazó.
No podía dejarla. Sabía lo que iba a pasar ahora. Lo sabia y no quería que esto pasara. No podía dejarla sola.
-Tres...-empezó a contar.
No me moví.
-Dos...
La mire fijamente, no podía dispararme. No era capaz.
-Alex,por favor.-Suplico.
Permanecí quieto. Entonces vi como apretaba el gatillo justo después de murmurar un débil “tu lo has querido”.
Sangre empezó a emanar de mi muslo izquierdo y me derrumbe en el suelo. Se me nublo todo y empece a ver las cosas a cámara lenta.
Lo ultimo que vi fue como Beckett salia corriendo de aquel callejón sin mirar atrás. Y entonces, oscuridad.