Querido diario: Hoy he vuelto a escribirte una vez más, aunque no sé si vuelvo para quedarme, como te he dicho tantas veces antes, pues ya sabes lo poco constante que soy yo. Aún hoy sigo buscando ese motivo por el cual seguir, uno por el que luchar merezca realmente la pena, porque ¿sabes? estoy cansada de dar y nunca recibir por ninguna parte, creo que me merezco un respiro. Lo que cualquiera diría que es una vida de en sueño, yo lo llamo breve existencia escrita a tinta que no se borra y llena de páginas a medio rellenar, mil historias sin contar, cientos de borrones y cuentas nuevas, entre los cuales hay más puntos finales que comas, más causas para abandonar que metas que alcanzar, y más motivos para no ser feliz que para serlo. A pesar de todo e igual que cada una de las veces que he vuelto aquí, he cambiado. Hoy soy un poquito más fuerte, porque sé que mi sonrisa es el mayor motivo para seguir, alejarme del dolor la mejor razón para vivir y olvidarte, lo que al fin me merezco.
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