Corro desesperadamente por los pasillos de la segunda planta de la escuela hasta llegar a las escaleras. Es tanta la velocidad con la que corro que no me doy cuenta de la persona que esta al final de las escaleras y cuando quiero detenerme o por lo menos reducir la velocidad me es imposible y para no caer sobre el individuo paso por su lado y bruum, caigo de cara contra el piso de la escuela y sólo puedo escuchar a mis amigas decir: ¡Ay Lissette!.