- Bien, repasemos por última vez el plan, entras el directorio y buscas el archivo con el nombre de tu palma, sales y haces como si nada hubiera pasado-dije explicando por 6ta vez el plan a Alexander.
- Ok, pero tengo un gran problema.
- Eres un capullo, ¿Qué sucede?
- Es que, el nombre de acá no se logra leer, además dudo que haya una Katherine Collins en esta institución, conozco a todas las muchachas y definitivamente no hay una Katherine Collins.
- Idiota, yo soy Katherine Collins.
- ¿Qué? No, tu eres Katie, aunque...Katherine y Katie se parecen.
- No sé cómo las chicas están a tus pies, eres un cabeza hueca cualquiera.
- Y por eso solo tú eres mi mejor amiga, nena.
- Deja con esos sobrenombres, prenderé la alarma contra incendios, apresúrate, te espero en el parque frente al colegio.
Conversaciones así se volvieron típicas, sin querer cuando ingrese a esta institución me hice amiga de los que yo llamo idiotas, entre ellos están los deportistas, modelos y demás, con sus sonrisas encantaban y con su actitud impactaban, siempre se piensan que son sin cerebro, pero la verdad no, tienen sentimientos, y son inteligentes, menos Alexander, Alex o como a veces le digo Bo Bear, es todo una maquina se sentimientos.
Pero como es el dicho, las cosas no se demuestran con palabras, si no con hechos, les contare como han pasado cada una de estas cosas, comenzare hace 7 meses atrás, si quieren saber que pasara tendrán que leer, nada es tan fácil cariño.
Una chica que, lamentablemente, creció en un mundo de mierda. Al cumplir los 17, sus padres la metieron en un lugar de mala muerte. Ella pensaba que era lo peor que le podría haber pasado en la vida, pero el destino no tenía ese plan...Un chico de 25 años, que es jefe de la mayoría de las cosas del bajo mundo, estuvo en el momento y lugar precisos; Donde conoce su debilidad y ella conoce que en el mundo que vivía era nada comparado con la mafia.
¿Será que ella soportará este nuevo mundo lleno de peligros?
está historia contiene:⚠️
Escenas+ 18
Violencia
Lenguaje vulgar
Amor posesivo
Toxicidad