El frío viento se lo ha llevado todo; la blanca nieve cubrió vestigio alguno; y el invierno, junto con todo lo que había significado, se escapó de entre sus dedos. Pero aún quedaba aquel pozo avejentado, resguardando entre sus muros una historia trágicamente bella; y una boca, perteneciente al rostro de la experiencia misma, para contarla.