
Recordar no siempre es malo. Puedes volver a quebrarte reviviendo cada suceso. Y sangrar con cada segundo que pasa atrapada en ese recuerdo. Pero las lágrimas muchas veces te ayudan a vaciar el alma. Y son necesarias. Te hacen volver a sentirte humano.
También puedes llegar a volver a sonreír como una loca caminando por la calle. Y te ayuda a recordar que también hubo buenos momentos.
Pero cuando recuerdas con un corazón sanado, recuerdas con libertad.All Rights Reserved