-Eruditos, gente del saber. Los libros fueron y son nuestra salvación. Entreguémonos como siempre al conocimiento y a la paz en este mundo...- dijo el alcalde desde la tarima. Todos estaban reuindos frente al ayuntamiento, pues era su única forma de saber qué era lo que tenía el viejo hombre para informarles; la tele y la radio ya no existían. Las personas habían optado ahora por leer libros. Anika Klemm intentaba abrirse entre el mar de cuerpos inmóviles apretando el papelito que sostenía en su mano con fuerza. "Ni siquiera los libros han podido dominarnos..." resonaba en su cabeza. Era como si alguien hubiera llegado con fuego y hubiera escrito las palabras para que se grabaran en su mente. "Busca entre todos al que más llame tu atención...". Así concluía la carta escrita a máquina. Entonces tropezó; algunos se abrieron paso para dejarla caer al frío suelo de piedra. La nota resbaló de sus dedos como el agua y a pesar de su desesperación, no pudo más que ser testigo de cómo se rompía bajo las pisadas entre charchos de lodo. 451. Ella había visto el número en el casco del hombre antes de recibir el papel. *HISTORIA INSPIRADA EN EL FRAGMENTO DEL LIBRO "FAHRENHEIT 451" DE RAY RADBURY (OPCIÓN 2 DEL CONCURSO DESAFÍO SCI-FI)*
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