- Yo no soy de esas personas que creen en las casualidades, todo pasa por alguna razón. Y el destino ¿acaso eso sí tiene sentido? el destino es una manera de justificar tus hechos pero de una forma bonita ¿no crees? porque creo en todo y en nada a la vez ¿irónico no? justamente como la vida.
- ¿Y que pasa con los miedos? ¿y el amor? - le miré confundida y le respondí con una mueca de disgusto.
- Los miedos son temporales, pero los temores y tus demonios son para toda la vida. ¿Y el amor? pf eso es algo superficial en las personas, y no es lo mismo que decir te quiero que decir te amo. Piensan que significan lo mismo, cuando en verdad esas palabras no significan nada. Yo no creo en el amor, solo en mi misma y puedo decir que eso puede llevarte un largo tiempo.
- Pues deberías, ya sabes, creer. Pero no en ti misma sólo- me quedé mirándole con el ceño fruncido.
- ¿Que quieres decir? - pregunté impaciente por escuchar su respuesta.
- Que está bien creer en ti misma, pero pienso que deberías ver la realidad de la vida, de las personas, lo que ocultan tras cada mirada y sus sentimientos en cada suspiro. Creo que deberías creer en el destino, las casualidades y sobre todo en el amor. Porque los demonios y temores no son para toda la vida. Despierta y mátalos, así creerás.