Mi vida social sería normal si perdiera un quinto de mi peso, cambiara los lápices por botellas y los libros por amigos. Sería una chica como otra cualquiera si aprendiera a integrarme y a perder mi gran complejo, pero claro… ¿cómo haces que una albóndiga de las que hace la abuela (redonda a la perfección y repleta de carne) se camufle entre tallarines tiesos pegados entre ellos?
No sabía si presentarme con mi nombre real o con mi apodo, pero cuando quise escribir mi nombre me acordé de que lo había olvidado. El complejo llega al punto de hacerte vivir la vida de quien los demás quieren que vivas.
FattyAmy es mi nombre en la escuela, me llaman así por la chica rubia de la película cuando ni si quiera me llamo Amy. Peso 95 kilos, tengo 17 años, mido 162 centímetros.
Tengo obesidad, complejos, vergüenza...
Estudio en un instituto privado lleno de chicos-wattpad y chicas opositando a modelos de Victoria's Secrets; yo era quien se había comido los secretos de Victoria.
Es impresionante como tu mente te prohíbe confiar en una persona que sólo quiere ser tu amigo, que te demuestra que te quiere, que no estás metida en un agujero negro... pero han sido seis años de terapia escolar en los que la palabra "gorda" era la más agradable.
Es duro, no me gusta dar pena pero es duro.
"-Si te avergüenzas, deja de comer.
-¿Crees que es tan fácil?
-Tan fácil como cerrar el pico, gorda."
"Al menos los dejaré de ver en unos meses" pienso mientras camino por los pasillos huyendo de todos, huyendo de los insultos, huyendo de Gale...
No sabía de su existencia hasta aquel día en la cafetería. Es lo más bonito del mundo, por eso huyo de él; si es bonito, es malo. Y si no mata, engorda.
-Fatty Amy.
❤HISTORIA CONCLUIDA EL 1/04/17❤
Esta historia está participando de los Premios Gemas Perdidas, organizados por @PremiosGemasPerdidas , en la categoría de Novela Juvenil
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Lo único de lo que estoy segura, es de que las navajas cortan.
Pero... ¿Por qué cortan?
¿Cortan por que no tengo amigos? ¿Por que todos me odian? ¿Por que mi madre murió?
Cortan por la simple razón de que todas esas razones son correctas.
Pero no tendrían que cortar
Y no lo harían si tuviera amigos, en lugar de ser la enemiga de la chica más popular de la escuela y tener al mundo entero en mi contra; recordándome constantemente que tengo rollos en mi panza, que soy "nerd", fea y que nadie me quiere.
"Nerd", "fea", "gorda", duelen tanto como los cortes que me hago en mi muñeca.
Así que, después de todo, las palabras también cortan