A flor de piel.

Último suspiro,
lenta e inestable vida que se escapa,
recuerdo todo lo que fue
y lo que pudo haber sido.
Recuerdo el beso de aquella chica,
en una tarde cualquiera un momento inesperado,
unos ojos lloriqueando
y un “no es correcto” escondido tras un “lo siento”
Todavía no puedo olvidar sus ojos,
su voz, su fragancia, su dulzura,
su cuerpo femenino apretado a mi cuerpo femenino,
desafiando toda norma, desafiando todo Dios.
Rezo por las noches buscando su perdón,
no sé cuántos “credos” serán necesarios para aliviar este dolor.
Y puede que el motivo de mis rezos no sea mi culpabilidad
sea pedir un mundo de igualdad.
Recuerdo los gritos de mi padre al enterarse,
tengo marcado en el cuerpo cada golpe, cicatrizando
y en el alma cada insulto, a flor de piel.
Puede que sea incorrecto, puede que no
pero la pienso cada noche,
toco mis labios y la siento,
toco mis manos y la siento,
toco mi pecho y la siento, allí, latiendo.