Kian es el típico chico no muy popular y frikie, con pocos amigos y demasiados enemigos. Llega el verano y sus padres deciden ir a pasarlo a unas cabañas cerca de un lago, además de que han invitado a unos amigos. A Kian la idea ya le parecía mal, pero cuando vió quien era el hijo de esos amigos de sus padres sintió como si el mundo se le cayera encima. Sólo que jamás había pensado que se le caería de esa manera, ni que aquella persona fuera a ser tan importante para Kian.