La humanidad se hunde. Cada día más y más en un oscuro pozo sin salida.
La sangre carmesí de nuestra mísera y despreciable existencia se escurre por los caminos que una vez fueron poblados por hierba, por flores, por árboles, y en los que ahora solo hay ceniza.
La guerra se asoma, por todos los lugares. Se asoma en cada rincón, en cada esquina. Su gran sombra acecha detrás de cada edificio, de cada árbol, de cada ser viviente.
Detrás de nosotros.
Tras guerras y plagas, la humanidad renació del olvido, surgió de las incandescentes llamas escarlata que todavía yacían brillantes en el suelo. Instauró el Nuevo Orden. Nuevas naciones, nuevas leyes... Una nueva humanidad.
Pero incluso esa oscura sombra acechaba a la nueva humanidad.
Un gran país entra en guerra. No contra un enemigo, si no contra él mismo. Soldados gracias a la tecnología alados, luchan como los ángeles, surcando los cielos, volando y deteniendo al enemigo.
Pero es inútil, la guerra civil se incrementa, y con ella el pánico se apodera de cada uno de sus habitantes, y con él en su interior, no hay sitio para nada más. No hay sitio para la esperanza, no hay sitio para la felicidad, el amor...
No hay sitio para la compasión, para la justicia, ni para el bien.
Solo hay espacio para sombras, y nada más.
Este es un tiempo de sombras.
Un mundo de sombras.
Eso es todo y nada más.
Hyunjin y Felix iban en la misma universidad,y tenían que compartir habitación solo pensaban que iban a ser compañeros, sin saber que en muchas noches iban a tener sexo entre ellos..