Han pasado ya cuatro años desde que Erik se fuera de España y dejara a Gabriela sola y con el corazón roto. Cuatro años en los que ha conseguido meter a los asesinos de su familia en la cárcel. A todos excepto a su líder. Ahora, siendo ya el joven rey de Dinamarca, con 23 años, todos le instan a encontrar una esposa que le proporcione un heredero al trono. Un príncipe que pueda tomar el lugar de su padre cuando llegue el momento. Pero Erik se niega. No quiere saber nada de chicas, y nadie sabe el porque.
Erik se ha prometido el no casarse con nadie si no es con Gabriela. Oh...se acuerda de ella todos los días. Recuerda su sonrisa, su perfume de rosas, su gran corazón y sus grandes ojos castaños. Recuerda aquel día en el que, decidió abandonarla para estuviera a salvo, pues no podía permitir que nada le sucediera al amor de su vida. Porque aún le ama. Le ama con toda su alma, y volverá a por ella...sólo que aún no ha encontrado el incentivo.
Gabriela por el contrario, tiene una vida diferente. Se gana la vida como una exitosa escritora de libros de fantasía, conocida en toda España y Latinoamérica. En esos libros, siempre hay un protagonista especial. ÉL. Ese protagonista del pelo rubio y los ojos dorados, del que la chica se enamora sin remedio. Gabriela ha intentado olvidarle, guardarle en su corazón como un bonito recuerdo. Pero se le hace difícil, ya que le ve cada día en su hijo, que es el vivo reflejo de Erik. Ella sigue enamorada de él, y se maldice por ello. Pero algo le dice que él volverá. Y por ello, jamás ha dejado de amarle.
SEGUNDA ENTREGA DE LA SAGA MEANT TO BE. SOULMATES.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...