-Basta- le dije. -Vamos Nash- dijo acercándose a mi. -Ni siquiera eres mi amigo, vete. -Sí somos amigos, amigos con izquierdos. -¿Otra vez con eso? -Pos supuesto, los amigos con izquierdos son amigos que... -Ay callate. -Pero... -¡Qué te vayas!- grité desesperada. -¿Por qué? -Porque los amigos con izquierdos se odian, no deberíamos estar hablando. -Entonces deberíamos estar besandonos. -Ningun Uruguayo dice eso- repliqué, aunque no podía dejar de ver sus ojos verdes. -Entonces chapemos.All Rights Reserved