Después de cruzar la puerta escarlata, unos susurros llegaban a nuestros pecadores oídos. Aquellos, nos guiaban hacía la condenación absoluta, hacía nuestro rey. Nosotros debíamos complacerlo o quizás, él debía complacernos a nosotros. Pues al final de todo, éramos sus herederos... sus descendientes. Dulce infierno, padre. 𝟐𝟎𝟐𝟏 | 𝐊. 𝐌𝐚𝐧𝐬𝐞𝐥𝐥𝐞 © cover/separadores: DanyZarahi.
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