Él, un escritor creativo, alcohólico y depresivo con una única esperanza latente... ella. Ella, una manipuladora, adicta al control y perseverante con sueños que alcanzar y una piedra en el camino... él. Javier no sabía el error que cometía al enamorarse de una mujer tan cruel como lo era Coral, y lo descubrió demasiado tarde. ¿qué persona en su sano juicio se dejaría lastimar de manera irreparable en proporciones increíbles a cambio de sonrisas falsas y palabras vacías? Ninguna. Pero el problema era ese, Javier no tenía juicio, ni sano ni dañado; solo era una retención de impulsos e inquietudes que Coral se aseguraría de exprimir hasta la última gota. No esperen una historia de amor feliz como lo pintan todas, esto es una historia de amor real, donde van a comprender que para amar, se debe sufrir.