El viento fresco chocaba contra la bella melena de aquella pequeña castaña. Ella vestida con su vestido de flores, corría por el prado huyendo de su gran amigo. - Te pillaré pronto.- dijo el pequeño rubio sonriendo. La castaña sonreía sin saber que a partir de ese día una de las cosas más importantes para ella, iba a desaparecer para siempre. ¿O tal vez para siempre no, pero si por un tiempo? Isabella os lo contará todo.
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