Su pasado. Lo peor que cualquier persona siquiera desearía a su peor enemigo. Quería y necesitaba ayuda, pero nadie se compadecía por él. Sufrimiento, tristeza, frustración, sólo algunas de las palabras que encajan en su vida como un puzzle perfecto, sin espacios.
Temía por su vida y la de su madre. La mejor persona del mundo. No quería morir, aunque una gran parte de su mente le decía que lo haga, pero no quería ver a su madre sufrir más de lo que lo hacía. Golpes y abusos, insultos y sangre. A ambos, y no podían reaccionar de ninguna manera. Lo único que podían hacer es callar, y lamentarse en silencio. Nada más.
Un día, el mejor de todos, a pesar de haber sufrido mucho ese día, suceden cosas muy fuertes, emociones a flor de piel, extremas. No había una mitad, o era una o era otra. Tristeza o alegría. Arrepentimiento o seguridad. Ese día, conoce a la mejor persona que cualquiera podría haberlo hecho, la luz en su oscuridad, en el mejor día. El día de San Valentín.