Cuando piensas que lo tienes todo y no necesitas de nadie, la vida te da una enorme lección. Nunca necesité de mis padres, no de una manera que no fuera la económica, nunca estaban en casa, ni en mis cumpleaños, ni en las navidades, en su ausencia enviaban regalos y una tarjeta de disculpas por no poder estar conmigo en esos momentos por cualquier razón. Nadie puede juzgar como soy, porque nadie sabe cómo me siento... Alexandra Figueroa ® Todos los derechos reservados.