—Vosotros cuatro habéis cambiado mi vida. Sois mis cuatro idiotas. ••• —Soy fuego, y tú pura gasolina.— mis ojos conectaron con los suyos y de nuevo un deseo voraz inundó mi cuerpo. —Llámame pirómano, pero no me importaría ver esta cama arder.— y aquí estábamos de nuevo.