Megan Jones no cree en el amor, dice que es una chorrada y cada vez que ve a alguien "enamorado" se ríe en su cara. Pero no la culpéis, el destino quiso que así fuera: todos los chicos que la rodean son unos completos incompetentes. En cambio Shane Carter sí cree en el amor, ya que dice haberse enamorado muchas veces, aunque todos esos "amores" hayan sido un completo fracaso. Esto nos deja con dos adolescentes, de 18 y 19 años, con el corazón en pedazos, más el mal carácter que tiene ella a veces y las estupideces de él, los prejuicios que tan mal nos hacen y las tonterías que uno hace para no ser herido... probablemente la mejor fórmula para un desastre absoluto... ¿Podrán olvidar su pasado y unir los pedazos que quedan de sus corazones, a pesar de sus diferencias?