Escribir, sin duda alguna da a tu espíritu alas, viajas en el tiempo y en el espacio.
Vuelves en momentos a ser un infante, en otras adolescente, te alegras, vibras, lloras e incluso sufres, en tu corazón se dan vuelcos de emociones diversas.
Relatos cortos que se vivieron en un pueblo, de gente buena, noble, lugar quizás común pero personas y vivencias diferentes.
Escribir, se vuelve imprescindible, es como beber agua, que cuando no lo haces tu cuerpo lo pide, así es de importante para mi escribir, no importa que tan pequeña o grande sea la obra, escribo porque disfruto hacerlo, porque vivo y siento cada palabra.
Porque compartirla y que alguien lea aunque sea un historia para mi será un honor.