-Eres un idiota-. Dijo ella. -Y tu una bruta-. Dijo el chico. -Sólo necesitaba la respuesta dos del examen, imberbe-. Dijo ella exaltada. -Pues para eso debes estudiar, por ser estúpida nos botaron del salón por que “supuestamente" nos estábamos copiando-. Dijo el chico con fastidio y enojo, para el sus notas eran todo en su vida. -Eres insoportable, olvida lo ya ¿si? O ¿tu cabezota de genio no te deja ?, come libros- -Y tu ¿como sabes que tengo una cabezota? A caso ¿me espías?-. Dijo con voz ronca. -Eres totalmente imposible, cuatro ojos-. -Pero así me amas cariño, oye ¿quieres ser mi amiga?-. Dijo con una sonrisa. -claro no hay problema, amigo mío-. Y se fue dejándome sólo.