Me leyó el alma a través de los ojos, intentando entender cada uno de mis sentimientos que ni yo comprendía. Me regaló su dulce sonrisa y me acarició la mejilla. Estábamos en un callejón y era de día. La luz del sol que -se suponía- debía bañar las calles de oro, parecían iluminarlo solo a él, como si el mismo divino lo contemplase desde el cielo y quisiera hacerlo ángel, a pesar de su pelo negro, sus piercings o sus tatuajes. Porque eso parecía, un ángel caído exclusivamente para aparecer en mi vida. Un ángel caído por amor. #830 en novela juvenil. (20/12/2016)
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